OBSERVACIÓN DIRECTA


OBSERVACIÓN DIRECTA


Al realizar las cinco visitas en los charcos de Barbosa, logramos observar  varios aspectos importantes, entre los cuales destacamos: Características del lugar, la interacción de las personas con el espacio y el agua, y los rituales realizados por los mismos visitantes.
Cada vez que realizábamos las visitas observábamos la basura del lugar, aspecto que nos asombro bastante, dado que el lugar no cuenta con lugares específicos para depositar la basura, tampoco hay personas que controlen la contaminación que se genera con los desechos de los alimentos, de las bebidas y en general lo que se consume, lo que ocasiona en gran medida que el charco y sus alrededores estén invadidos de basura constantemente. Otra característica del lugar es la música, alrededor del charco encontramos varios lugares donde se vende comida rápida y típica, y en cada uno de ellos se escuchan diferentes tipos de música, las más características son las rancheras, el vallenato, el reggaetón, la salsa y de despecho.
Las personas llegan al lugar normalmente en transporte público, la distancia con Medellín es de aproximadamente una hora, lo que atrae a las personas de la ciudad por su cercanía y además por ser un lugar natural, a diferencia de muchos lugares recreativos.
Lo más frecuente de observar son familias haciendo el sancocho, reunidas en las chozas que se alquilan por $15.000 , dependiendo de la temporada, otras en cambio, lo hacen en los pocos espacios verdes que hay alrededor del charco. Para los ingredientes algunas familias llevan todo listo, pero hay otras que compran allá mismo, tanto los alimentos como la leña. También se observan grupos de amigos interactuando en el agua, tomando cerveza y pasando en ocasiones el guayabo.
Los niños son los más aventureros en el charco, se ríen a carcajadas y se arriesgan a nadar sin ningún temor, además porque cuentan con flotadores, que alquila una persona cada hora. Además para completar su dicha cuentan con un tobogán, cancelando $1.000 tienen derecho a una manilla que les permite hacer uso de él por tiempo indefinido.
Los días más concurridos son los domingos y festivos, por motivo de ser días de descanso para la mayoría de personas que trabajan y estudian, lo que genera también que muchas personas aprovechen esos días para tener algunos ingresos económicos vendiendo mangos, helados, fritos, dulces y toda clase de bebidas.
También logramos identificar que no hay vigilancia para las personas que visitan los charcos, el lugar era de una persona particular, la cual donó el espacio para que las personas disfrutaran del charco, lo que ocasiona que cada familia se responsabilice del cuidado de todos.
En ocasiones el agua presentaba un olor desagradable, lo que nos llevo a preguntar si habían marraneras en la parte de arriba del charco, pero la respuesta fue que no.
Las personas que visitan el charco se visten descomplicadamente, la mayoría de hombres van de chanclas, pantaloneta, camiseta, gorra y gafas, las mujeres van de shores o pantalón ancho, camisa escotada, sandalias y gafas.

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